Hace algún tiempo que en la Delegación de Hacienda se viene produciendo un extraño fenómeno que al principio no sabíamos identificar bien: colas de ciudadanos venían pidiendo certificados para "lo de la tarjeta sanitaria". Poco a poco nos fuimos enterando de su lamentable finalidad, y lo vivido por una vecina en el día de ayer y por mi propia experiencia (muy molesta por cierto) nos ha confirmado de primera mano de qué va la historia.
Al parecer todas aquellas personas que tenían por derecho propio, por el hecho de ser español, la asistencia sanitaria universal y gratuita, ya no son todas; y lo peor es que no te lo comunican a través de una cartita del SERGAS, sino que te tienes que enterar, como nuestra vecina, en vivo y en directo con ocasión de la realización de una gestión en el INSS.
Pues bien, según nos cuenta, esta vecina fue a las dependencias del INSS del Paseo Marítimo y allí, al realizar unos trámites, se entera de que no tiene prestaciones sanitarias porque lleva de baja sin pagar la seguridad social hace unos meses (paro) y por lo tanto tenía que solicitar la "asistencia sanitaria para personas sin recursos". La buena mujer empezó a preguntarse si a la vista de eso ahora le llegaría una factura del SERGAS por las visitas realizadas a los médicos, por la pruebas y por la medicación que había utilizado desde que salió esta "solidaria y constitucional" norma de la Consellería de Sanidad.
No deja de tener su "ironía" que hace unas semanas oyéramos de boca de los responsables sanitarios de nuestra Comunidad que nos penalizarían económicamente si habiendo sido citados a una consulta no acudíamos a la misma, pero ¿y si acudimos porque a ellos se les haya olvidado "comunicarnos" (como sería su obligación) que ya no tenemos prestaciones sanitarias también nos penalizan por su uso indebido?, al fin y al cabo a nuestra vecina le ha pasado, según ella no hacía ni una semana que había estado en el médico.
Pero ahí no queda todo, la buena de la mujer para recuperar su tarjeta sanitaria debe hacer un recorrido de Administraciones de no te menees: Centro de Salud a recoger impresos, Hacienda (certificaciones), Ayuntamiento (padrón), fotocopias de libro de familia, DNI, INSS y vuelta al Centro de Salud a entregarlo todo, y luego a esperar a que te la envíen....¿y mientras tanto qué?, pues a no ponerse mal, a no necesitar medicinas, a no tener un accidente, etc, es decir a rezar!! (en el doble sentido). Lo que nos impactó más fue como de repente esta persona se sentía una ciudadana de segunda....
Ni que decir tiene que, como le indicamos a la vecina, si se encontrase en ese caso, yo me buscaría el apoyo de asociaciones como la de la Defensa de la Sanidad Pública, un buen abogado (que se haría famoso defendiendo una causa como ésta) y llego hasta el Constitucional si hace falta, pero a mí me atienden si o si, y como toda la vida: gratuitamente. Por cierto lo de la gratuidad lleva un matiz: la Sanidad la estamos costeando entre todos los trabajadores de este país para nosotros y por extensión, justicia y solidaridad para el resto de los españoles sobre todo ahora que hay tantos en el paro, al fin y al cabo viéndolo desde un punto de vista egoísta mañana podríamos ser nosotros ¿no?
¿Os imagináis que esta persona en lugar de ser joven tuviese una cierta edad, una minusvalía, hijos a su cargo (que se quedarían también sin prestaciones), estuviese sola, no supiese desenvolverse en las Administraciones o simplemente no tuviese domicilio por ser indigente?
La verdad es que cuando nos lo contaba no salíamos de nuestro asombro, en la España democrática donde todos tenemos (¿teníamos?) los derechos básicos garantizados y por tanto deberíamos ser iguales, ahora resulta que no somos tan iguales ni tenemos los mismos derechos, por cierto esos por los que alguna vez, mientras trabajamos, hemos pagado. O sea que podemos estar ante la paradoja de que una persona que haya trabajado quince años y ahora esté en el paro NO tenga ni prestación por desempleo, NI tarjeta sanitaria pero en cambio otra que no haya trabajado en su vida (por las circunstancias que sean), cobre una pensión y sí tenga tarjeta sanitaria....de libro!!
Yo mismo pude comprobar por una urgencia médica nocturna que cuando llamé para ser atendido, lo primero que me preguntaron fue si tenía tarjeta sanitaria!!!, pero vamos no tienen un ordenador delante.... y ¿qué pasa?, ¿si no la tuviera me hubieran dejado en casa tirado como un perro?
Y luego se extrañan que nos indigne que con nuestro trabajo ellos, los políticos, cobren un buen sueldo, tengan su ipad, su blackberry, su coche oficial, su secretaria/o, su jefe de gabinete, su jefe de prensa, y por supuesto...... su ¡tarjeta sanitaria! (amén de otros muchos privilegios) y sin embargo nos les tiemble lo más mínimo el pulso a la hora de dejar a los ciudadanos más necesitados sin asistencia sanitaria.
Y para poner la guinda del pastel hoy viene en prensa que al presidente de la Xunta le parecería bien cobrarnos por comer, ducharnos o dormir en el Hospital con ocasión de una intervención quirúrgica o de una hospitalización, pues al fin y al cabo, palabras textuales de nuestro presidente, "es como una pensión completa". Pues nada hombre, que cuando toque ir para el Hospital habrá que ir duchados de casa, que la familia nos traiga un tupper (fiambrera) de casa y, si podemos, irnos a dormir a casita para volver al día siguiente, así por los menos no ocasionaremos "gastos extra-sanitarios" (superfluos y de lujo al parecer). ¿Y los del norte de Portugal querían asistencia sanitaria en Galicia?....pues que alguien les cuente esto por favor!
Que hay que gestionar bien los recursos, pues claro; que vivimos malos tiempos, es evidente; que hay que adaptarse a las nuevas circunstancias, se está haciendo; que hay que apretarse el cinturón, si, pero no hasta ahogarse.....Si hay que recortar en gastos, tienen ustedes mucho donde hacerlo todavía (un ejemplo anecdótico: los recientes viajes a Sudamérica); en fin que están haciendo absurdos recortes a costa de los derechos de los ciudadanos y poniendo además en riesgo su salud y su vida, y por cierto, increíble e insolidariamente a costa de los que menos tienen y por tanto más protección necesitan.
Así lo vemos los ciudadanos, si estamos equivocados en nuestras informaciones y percepciones que alguien nos lo demuestre, y ojalá mañana podamos leer en la prensa que todos, todos, TODOS, seguimos teniendo la misma tarjeta sanitaria que hace unos meses y con las mismas prestaciones, no pueden ustedes recortar derechos con la disculpa de la crisis, ni es ético ni es justo ni es solidario.