Fijaos bien en el artículo de La Opinión A Coruña del 6 de mayo de 2005:
Pues a día de hoy, casi cinco años después, seguimos igual. Mejor dicho, estamos peor, ya que la obra todavía no se ha acabado y en vez de ser un patio, es un simple porche. Eso sí, cubierto.No es de recibo que, en una rueda de prensa celebrada ayer, achaquen las deficiencias del colegio a la falta de mantenimiento (que también) y decir que los niños podrán utilizar la totalidad del patio -algunos espacios están cerrados por motivos de seguridad y debido a las obras- desde la próxima semana. "El patio ya está vallado, tanto en la parte que depende de la Consellería de Educación como en la que depende del Concello. Para la semana que viene, los niños podrán salir con normalidad al recreo", afirmó la Jefa Territorial. Seguir leyendo más aquí.
En el blog de FARIVA podemos ver algo más sobre las promesas de un colegio nuevo al lado de la guardería municipal y que parece otro expediente X, como muchas de las obras prometidas y no realizadas en este barrio.
3 comentarios:
O sea que llevamos casi cinco años con este asunto, y luego os quejais de que el alcalde no os reciba en un año, eso es una migaja de tiempo, ¿no se les caerá la cara de verguenza?
Esto es lo que cabrea más que llevan dandole vueltas al molino sin que haya grano desde hace la hostia de años, y ni unos ni los otros arreglaron nada y promesas y más promesas, son todos iguales y estoy de promesas hasta el culo, y pagando el pato los críos que no tienen culpa de nada pero si derecho a una educación como la del resto de los niños que van a los concertados y para esos si que hay pasta, yo creo que ya está bien ¿no?
Creo que llevamos más tiempo con este asunto del patio. Pero cuando hubo algo formal y que consta en prensa (que es donde les duele a los políticos) es este artículo.
Lo que fastidia, es que al final no han construido un patio cubierto. Han hecho un "porche" grande, pero que no tiene nada que ver con los patios cubiertos que hace el ayuntamiento donde se pueden practicar deportes sin tener que andar esquivando columnas, como es el caso del Emilia Pardo Bazán
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