25 marzo 2014

Gracias Adolfo


Os dejamos un trozo del discurso en la ceremonia donde se le concedió el premio "Principe de Asturias a la Concordia"

"La transición fue, sobre todo, a mi juicio, un proceso político y social de reconocimiento y compresión del "distinto", del "diferente", "del otro español", que no piensa como yo, que no tiene mis mismas creencias religiosas, que no ha nacido en mi comunidad, que no se mueve por los ideales políticos que a mí me impulsan y que, sin embargo, no es mi enemigo sino mi complementario, el que completa mi propio "yo" como ciudadano y como español, y con el que tengo necesariamente que convivir porque sólo en esa convivencia él y yo podemos defender nuestros ideales, practicar nuestras creencias y realizar nuestras propias ideas. Creo que nadie, en política democrática posee la verdad absoluta. La verdad siempre implica una búsqueda esforzada que tenemos que llevar a cabo en común, desde el acuerdo de convivir y trabajar juntos. A esta convivencia libre y pacífica, a esa concordia, nos impulsa como necesidad no solamente el pasado histórico, sino el presente y el futuro. Esa concordia está fundada en realidades comunes económicas, sociales y políticas que, a mi juicio, son indiscutibles.

La lucha política, la controversia, el debate, el disentimiento, el conflicto no constituyen una patología social. No son acontecimientos negativos. Al contrario, a mi juicio, reflejan la vitalidad de una sociedad."

2 comentarios:

Carlos dijo...

Un gran político, jodida enfermedad, seguro que tenía mucho que contarnos que a lo mejor no sabremos nunca y que podía enseñarle a esta panda de inútiles corruptos que tenemos ahora lo que es un político de verdad y no un chupatintas.

Nines dijo...

Y que tenag que morir para que se lo reconozcamos. Siempre pasa igual todos somos buenisimos cuando nos morimos.